Julio Ríos
Twitter: @julio_rios

 

Es evidente que la decisión del INE de llevar a  Margarita Zavala a la boleta como candidata sin partido a la Presidencia de República  -aún entre cuestionamientos- le da un tanque de oxígeno al peñismo. 

Por supuesto que esto huele a un acuerdo cupular, en este caso entre el peñismo y el calderonismo.

A muchos decepcionó que los tres finalistas por la candidatura independiente a la presidencia de México, hayan incurrido en marrullerías, como meter miles y miles de firmas falsas, copias fotostáticas, credenciales de conducir, monederos electrónicos y hasta pasaportes de países extranjeros. Quizá tuvo que ver que los tres, «El Bronco», «El Jaguar» Ríos Piter y Margarita, militaron en el PRI, PRD y PAN respectivamente. Ese ADN no se quita con las bañadas.

Sin embargo, estas tranzas no desacreditan a la figura de los candidatos independientes, porque afortunadamente existen personajes como Pedro Kumamoto, Manuel Clouthier o Mary Chuy Patricio que sí la dignifican y que presentaron puras firmas reales.

VER VIDEOCOLUMNA MARY CHUY NO NOS DECEPCIONASTE

https://juliorios.com.mx/videocolumnas/mari-chuy-no-nos-decepcionaste-videocolumna/

El que se desacredita, una vez más, es el Instituto Nacional Electoral, que al haber usado una vara severa para medir a «El Bronco» y «El Jaguar» y otra vara muy blandita para consentir a Zavala, confirma que hace mucho tiempo que dejó de ser un organismo ciudadano y autónomo. Más bien es un instrumento al servicio de acuerdos cupulares. En este caso, al servicio del amasiato Peña-Calderón.

El periodista Pedro Ferriz, quien no alcanzó las firmas necesarias para convertirse en candidato independiente, ha denunciado que existe un pacto entre Peña y Calderón para dejar pasar a Margarita Zavala a la contienda. Así lo dijo, mucho antes, el periodista Álvaro Delgado en su libro «El Amasiato». Él relata que en 2012 Calderón traicionó a la candidata panista Josefina Vázquez Mota y apoyó al priista Enrique Peña Nieto. Ahora, tocaría al mexiquense regresarle la cortesía política a Calderón, a cambio de no alterar el status quo.

La estrategia, sería la siguiente: 

1- Descarrilar la aspiración del panista Ricardo Anaya, que actualmente va en segundo lugar, quien es el enemigo favorito de Peña y contra quien se han enfocado todas las baterías en las últimas semanas.

2-Hacer crecer de la mayor forma posible a Margarita Zavala en las preferencias electorales.

3- En la recta final, José Antonio Meade podría declinar en favor de Zavala, o viceversa, dependiendo cual de los dos vaya en mejor posición en las encuestas. Esto no es descabellado tomando en cuenta que Meade y Zavala se tienen simpatía mútua y han formado parte los mismos proyectos políticos en anteriores oportunidades.

4- Una vez definido a quien se le va a «apostar el resto»,  hay quienes creen que vendrá la clásica operación político-electoral (movilización, tarjetas rosas, coptaciones) y otras mapachadas para intentar «enderezar» las cifras. A soltar el Tigre como advirtió Andrés Manuel.

En conclusión. Muchos creen que Margarita Zavala es el Plan B del peñismo para poder derrotar a Andrés Manuel López Obrador.

*El Pilón*

Durante casi 25 años, este país había sido gobernado por el PRIAN. Una suerte de alianza pragmática entre priístas y panistas que impulsaron reformas legales y políticas públicas plegadas al evangelio neoliberal.

Sin embargo, esa armonía entre el PRI y el PAN se vio rota en 2018 cuando Ricardo Anaya desscomodó la mesa a manotazos, haciendo bailar platos y cucharas que ya estaban acomodados para el banquete sexenal.

La lucha entre tricolores y blanquiazules parece ser de la misma tensión que se vivía en 1939 cuando Acción Nacional se fundó con una inspiración anticardenista y era verdadero enemigo de aquel PRI comunistoide.

Hoy podemos decir que el PRIAN no existe. Lo que hay, desde 2012, es una alianza entre peñismo y calderonismo, con esa misma motivación filoneoliberal. El impulso en favor de Margarita Zavala, pareciera formar parte de estos pactos.